Bogotá, 9 sep.- La colombiana Matilde López, líder indígena del pueblo wayuu, ganó hoy el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en la categoría «defensora del año» por su denuncia de la elevada mortalidad infantil en la provincia de La Guajira.
López obtuvo la distinción principal de este premio, entregado por la fundación sueca Diakonia en colaboración con la Unión Europea, que cuenta con otras cuatro categorías que reconocen el trabajo individual y colectivo por la defensa de los Derechos Humanos en Colombia.
Los miembros del jurado resaltaron de López el haber logrado «visibilizar la crisis humanitaria que atraviesa el pueblo wayuu», que habita la península de la Guajira, bañada por el Caribe y a caballo entre Colombia y Venezuela.
También por el acompañamiento que ha realizado de acciones judiciales por la violación de derechos para representar a las personas que sufren el deterioro de las condiciones de vida en esta comunidad indígena.
La historiadora y presidenta de la Corporación Colombiana de Teatro, Patricia Ariza, obtuvo el reconocimiento «A Toda una Vida» por su defensa a los derechos de las mujeres y desplazados del conflicto armado «desde una perspectiva cultural».
Ariza, mediante el teatro y otras disciplinas artísticas, ha trabajado con víctimas y artistas con énfasis en el empoderamiento de las colombianas.
El Consejo Regional Indígena del Cauca también obtuvo el reconocimiento «A Toda una Vida», pero en el apartado «organizaciones con larga trayectoria», por su reivindicación de «nociones fundamentales de unidad, tierra y cultura«.
En la categoría «experiencia o proceso colectivo del año», el jurado galardonó a la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca en el nivel «proceso social» y a Casa de la Mujer en el de «Organización No Gubernamental (ONG)».
La Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca es un «espacio de trabajo colectivo» de nueve organizaciones que trabajan por la defensa, protección y promoción de los derechos humanos en las comunidades campesinas, indígenas, negras, urbanas y mujeres en el departamento del Cauca, en el suroeste de Colombia y uno de los más afectados por el conflicto armado.
En el caso de Casa de La Mujer valoraron su labor para reivindicar, defender y promover los derechos de las mujeres «a través de procesos de inclusión y participación activa» en políticas y acciones masivas. EFE.
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